Si no conoces esta historia, vas a flipar en colores. Resulta que a los ordenadores en general, incluida la IA, no se les da muy bien generar números aleatorios. Pero esto puede ser un problema a la hora de encriptar contenidos y mantener la seguridad en internet. ¿Cuál es la solución? Pues son las lámparas de lava.
Las lámparas de lava de Cloudflare
También conocido como el muro de la entropía, este es el ingenioso invento de Cloudflare para solventar el problema de la aleatoriedad. Esta empresa de seguridad online es la responsable de que internet funcione correctamente, a pesar de que muchos no la conocen. Pero cuando ha tenido problemas, es cuando hemos vivido caídas de internet a nivel mundial. Para los programadores, era un problema encriptar código con claves aleatorias ya que para generar esta aleatoriedad, se utiliza un algoritmo. Y este algoritmo se puede descubrir y desencriptar por parte de cibercriminales o hackers. Los de Cloudflare encontraron una solución de lo más original. Las lámparas de lava. Concretamente, colocaron 100 de estas lámparas psicodélicas en una pared. Al puro estilo años 70.
¿Qué es el muro de la entropía?
¿Cómo funciona este invento? En la pared, llamada «el muro de la entropía» por sus empleados, las 100 lámparas de lava se mueven de forma verdaderamente aleatoria. Lo que hacen, es grabar constantemente estas lámparas y traducir su movimiento descontrolado a un flujo de bytes. Es de esta forma que encriptan las claves de los servicios de Cloudflare. Aunque parezca mentira, gracias a estas lámparas, millones de personas pueden navegar de forma segura por internet en todo el mundo. En este video puedes ver una explicación en profundidad sobre las lámparas que mantienen internet funcionando:
¿Por qué le cuesta tanto la aleatoriedad a la IA?
Parece algo aparentemente sencillo, pero todavía es una asignatura pendiente para la mayoría de modelos. Si les pides un número aleatorio del 1 al 100, es probable que sigan los mismos patrones que un humano. Por ejemplo, evitan los números demasiado bajos o demasiado altos, los números divisibles entre 10 o 5 y los que repiten dos dígitos. Intentan ser tan humanos que es un problema. Este tipo de patrones, puede suponer brechas para la seguridad de las empresas. Y en determinados casos, hay mucho en juego. Por eso hacen falta soluciones analógicas como las lámparas de lava. El secreto está en que las lámparas no piensan en absoluto, frente a los ordenadores que piensan demasiado. Otras técnicas que utilizan muchos dispositivos que usamos en nuestro día a día para generar esta aleatoriedad, implica medir el tiempo que pasa entre cada vez que pulsas una tecla, los pequeños movimientos del ratón o la inclinación de tu móvil. A pesar del progreso tecnológico sin precedentes que estamos viviendo, muchas veces los computadores siguen siendo predecibles. Y necesitan un poco de ayuda del humo tradicional.