Presentada hace solo unos días, LLama-2 es el nuevo modelo de lenguaje que pretende competir con GPT-4 y que ya está disponible de forma gratuita. Nace a través de una alianza con Microsoft y pretende poner a disposición de todo el mundo el código del modelo.
LLama-2 se suma a la carrera
Desde la llegada de ChatGPT en noviembre, todas las grandes empresas tecnológicas han comenzado a investigar y desarrollar sus propios modelos de lenguaje. Siguen apareciendo nuevos modelos como xAI de Elon Musk y Med-PaLM 2 de Google, que ya ha lanzado Bard en España. Meta, la empresa de Zuckerberg que recientemente lanzó Threads, se ha sumado al mercado de la IA generativa este martes. En la conferencia Inspire de Microsoft anunciaron este nuevo modelo, en el que habían colaborado ambas empresas. Esto se debe a que LLama-2 ha sido creado y se accede mediante Azure AI, el modelo de IA de Microsoft. Sin embargo, en este caso han optado por crear un sistema de código abierto, para responder a la demanda de este tipo de modelos. Las consecuencias de poner a libre disposición el código y parámetros de la IA, junto con las versiones conversacionales de LLama-2, son diversas.
Frente a su predecesor, LLama-1, el nuevo chatbot tiene un 40% más de datos y el doble de la extensión de contexto, aseguran desde Meta. Aprovechar la plataforma en la nube de Microsoft permite que Meta pueda difundir su nueva IA de una manera mucho más competitiva. Pero optar por el código abierto es sin duda la decisión más sorprendente detrás de este lanzamiento. La intención es revolucionar el mercado y democratizar el desarrollo de esta tecnología, pero las implicaciones pueden ser mucho mayores.
¿Qué supone que la IA sea de código abierto?
Meta pretende con esto llevar a cabo una estrategia de transparencia y accesibilidad. Esto abre unas grandes posibilidades para el open source, y el desarrollo de herramientas de IA por parte de empresas y organizaciones que no tienen a su alcance presupuestos millonarios. Por un lado, puede responder a los miedos y preocupaciones que han manifestado incontables expertos y políticos sobre la implementación de la IA. Es evidente que hay numerosos sectores afectados por la IA que están presionando para lograr una mayor regulación y control de esta tecnología. Y pese a que todas las grandes empresas aseguran que están tomando las medidas necesarias, la consternación es real y comprensible. Pero la transparencia no es necesariamente la mejor opción, puesto que crea nuevos retos de crimen online, según advierten incluso senadores. Por otra parte, la decisión de Meta puede ser también una estrategia para lograr un espacio importante en la comunidad de investigadores y desarrolladores.
La diversificación parece ser la estrategia que siguen Meta, Microsoft y Google entre otros de los gigantes de Silicon Valley. Por ello están trabajando en desarrollar numerosos proyectos y modelos de IA de forma simultánea. El caso de LLama-2, en primer lugar demuestra que las colaboraciones entre estas multinacionales, que parecen rivales, son en realidad factibles e interesantes para ambas partes. De esta forma potencian sus posibilidades de penetrar en el mercado y complementan sus sistemas para ser lo más competitivos. Por ello no es extraño que veamos más colaboraciones así en el futuro. En segundo lugar, apostar por el open source es una manera de permitir que muchas más empresas puedan entrar al mercado y evitar así ningún monopolio. Pero con el acceso libre a esta tecnología también se potencian los usos inapropiados y con fines delictivos. Veremos si otros modelos de IA se atreven a compartir su código, ya que por el momento han optado por lo contrario.