Desde hace menos de un mes, la ciudad norteamericana ha permitido por primera vez que Waymo y Cruise puedan ofrecer viajes en coches sin conductor. Sin embargo, la sede de ambas empresas se ha llenado de manifestantes indignados por algunos de los daños que han causado los coches inteligentes. El incidente más grave podría haberle costado la vida a un peatón, pese a que su objetivo es reducir la siniestralidad. Comienza uno de los debates del siglo.
¿Cómo funcionan los robotaxis?
El estado de California autorizó el servicio de los coches sin conductor las 24 horas del día y con una flota ilimitada el pasado 10 de agosto. Hasta ahora, las dos empresas que compiten por ofrecer estos servicios, Waymo y Cruise tenían restringidas las horas y la ubicación donde podían utilizar los vehículos inteligentes. Mediante una app, es posible solicitar este tipo de taxis que aparecen en cuestión de minutos en la ubicación deseada. Los pasajeros y viandantes pueden observar con incredulidad como el volante se mueve de forma autónoma para conducir el vehículo hasta el destino. Mediante sensores y cámaras por todo el coche, en teoría es capaz de pilotar a la perfección y evitar cualquier accidente. Cuando funcionen con mayor soltura, podrán minimizar los atascos y reducir la siniestralidad al máximo.
Detrás de Waymo encontramos a la empresa matriz de Google, Alphabet, que lleva tiempo trabajando en los coches inteligentes. Por su parte, Cruise cuenta con el respaldo de General Motors, un gigante de la automoción. Ambas empresas han realizado una inversión millonaria para convertir en una realidad los robotaxis, por lo que San Francisco podría ser un punto de inflexión para llevar esta tecnología a todo el mundo. Desde luego, su intención es demostrar a todo el planeta que los robotaxis funcionan a la perfección, y llevarlos a todas las calles posibles. En parte por esta razón, llevan meses luchando para lograr la aprobación de la Comisión de Servicios Públicos de California y poder expandir sus servicios. La autoridad encargada de la movilidad en la ciudad ha otorgado finalmente este privilegio a las empresas con la condición de cuidar la seguridad de los ciudadanos en todo momento, y en tres meses realizará una revisión de la situación.
Pese a que se han convertido en un reclamo turístico y muchos se han apresurado a probarlos (hay más de 100.000 personas en lista de espera), los habitantes de la ciudad están ciertamente descontentos con los problemas que ya están ocasionando. Por no hablar de los taxistas tradicionales que no solo sufren los efectos del tráfico más congestionado, sino que ahora tienen unos competidores que trabajan sin parar ni un minuto. Por su parte, el cuerpo de bomberos y de policía también ha denunciado algunos incidentes difíciles de resolver, sobre todo teniendo en cuenta que no hay un conductor con el que interactuar. La duda que llena las calles de San Francisco es si estamos preparados para los robotaxis, o todavía necesitan pulir su funcionamiento. Los más enfurecidos no han dudado en boicotear estos vehículos y protestar contra las grandes multinacionales que están usando sus vías como un campo de pruebas.
Los incidentes de los robotaxis
Tras el arduo proceso para lograr que se pudiesen extender sus operaciones comerciales, los robotaxis no empezaron con buen pie. En las primeras horas tras entrar en vigor los robotaxis, ya sucedió un problema que suscitó una reacción negativa por parte de los habitantes de la ciudad. Un severo atasco en la zona de North Beach fue ocasionado por diez coches de Cruise que inexplicablemente dejaron de funcionar. Tan solo un día después de su debut, los robotaxis provocaron un caos en el tráfico que se prolongó durante más de 20 minutos. Los coches no respondían, y no había forma de moverlos teniendo en cuenta la ausencia de un conductor. Las redes se llenaron de vídeos e imágenes que mostraban este incidente y criticaban la falta de una respuesta inmediata por parte de las empresas. Tanto Waymo como Cruise han detectado cientos de casos de congelación en los últimos meses que no son capaces de solucionar de forma instantánea.
Otros casos demuestran las nuevas dificultades a las que se enfrentan los policías y bomberos de la ciudad. Por ejemplo, hace unos meses una patrulla detuvo a un coche que circulaba sin las luces encendidas por la noche, y se encontraron sin poder hacer nada ya que era un coche de Cruise sin conductor. Otro caso curioso lo protagonizó uno de los vehículos, al parecer no tan inteligentes, que quedó atascado en una obra donde había cemento fresco. La compañía ha confirmado que todos estos incidentes se deben a problemas de conectividad por parte de los vehículos, que no pueden funcionar sin una conexión a internet. Esto evidentemente plantea grandes retos para poder llevar estos servicios a muchas zonas, además de saturar el ancho de banda de la ciudad.
Pero el caso más grave al que se enfrenta Cruise ha podido causar la muerte de un peatón. El 14 de agosto, tan solo unos días tras recibir el nuevo permiso, hubo un atropello en la ciudad y los servicios sanitarios sufrieron un retraso para llevar al paciente hasta el hospital más cercano. Una ambulancia fue obstruida por dos robotaxis que se habían parado en la calle, y el paciente murió al llegar al hospital. Los hechos fueron denunciados por el departamento de bomberos de San Francisco. Hasta cierto punto, la empresa podría tener responsabilidad en lo sucedido, pero desde Cruise aseguran que la acusación es falsa. Con el vídeo de lo sucedido grabado por sus cámaras, desde la empresa creen que se trata de un intento para desacreditar sus servicios y culparlos de la muerte de un atropello que en realidad llevó a cabo un conductor humano. Pero si se confirma que los robotaxis pueden ser la causa de retrasos en los servicios de emergencia, el ayuntamiento se verá obligado a restringir su funcionamiento. Al fin y al cabo, dejar paso a una ambulancia, aunque implique subirse a la calzada, es algo todavía lejano para estos sistemas profundamente concienciados para proteger a los viandantes.
San Francisco se ha convertido en un campo de batalla que puede determinar si llegarán estos vehículos a todas partes antes o después. Los defensores argumentan que pueden reducir las cifras de mortalidad, ciertamente muy altas ya que los robotaxis no conducen nunca bajo los efectos del alcohol, las drogas o el cansancio. En 2022 perdieron la vida 39 personas en las carreteras de San Francisco, la cifra más alta desde 2007. Pero los detractores no están de acuerdo con que sean más seguros estos vehículos. Muchos han comparado a los robotaxis con cientos de octogenarios al volante, que conducen con gran lentitud y se paran de forma incomprensible en medio del tráfico. Además, la falta de transparencia por parte de las compañías sobre los incidentes y el número de coches en circulación contribuye a la preocupación. Todo indica que la tensión no dejará de aumentar, por no hablar de los conductores que temen perder sus puestos de trabajo.
Los lectores pueden por el momento estar tranquilos ya que en España solo se permite la conducción semiautomática. Por el momento, en nuestro país no se pueden soltar las manos del volante, y llevará bastante tiempo hasta que se puedan cambiar las estrictas leyes de circulación. ¿Tú le dejarías al “coche fantástico” hacerte de chófer?