Podríamos ponernos filosóficos y argumentar que les unen los grandes estadios, los fans multitudinarios y la pasión por el espectáculo. Pero lo cierto es que el Barça tiene en común con los Rolling el interés por ganar dinero, y resulta que lo tienen en común otros muchos artistas. Gracias a la asociación entre el equipo blaugrana con Spotify, ya han pasado por sus camisetas Rosalía y Drake. ¿Qué será lo siguiente?
Paint it Blaugrana
La que para muchos es la mejor banda de rock de todos los tiempos, lanza un nuevo disco en octubre con el nombre de Hackney Diamonds, y ya van 31. Pese a que Mick Jagger y Keith Richards van a cumplir 80 este año, siguen con muchas ganas de marcha, ya que además del nuevo disco se van de gira mundial una vez más. Pero el lanzamiento del nuevo disco, que hace honor al barrio londinense, tendrá lugar unos pocos días después del primer Clásico de la temporada. Por lo tanto es lógico que Spotify aproveche la ocasión para promocionar el nuevo disco de “sus satánicas majestades”. La empresa sueca es la principal patrocinadora del club que no atraviesa su mejor momento económico. Como parte del acuerdo multimillonario que firmaron, además de llevar el logo de Spotify en la parte más emblemática de la camiseta y poner su nombre en el Camp Nou, para los partidos más importantes pueden hacer campaña así. Y el Barça-Madrid es un acontecimiento que tiene el poder de llegar a todo el planeta.
Lo cierto es que, de la misma forma que el fútbol español, los enfrentamientos Barça-Madrid vivieron su época dorada hace una década. Sólo en España más de 17 millones de personas vieron la final de la Copa del Rey de 2011. Las cifras han cambiado desde que los partidos ya no se pueden ver en abierto, pero ahora la audiencia es más global y frecuentemente los partidos superan los 650 millones de espectadores potenciales desde más de 185 países. Según el fútbol continúa ganando adeptos por todo el mundo, con mercados como el norteamericano, el árabe o el asiático a la alza, es posible que se consigan cifras aún mayores en el futuro. Por su parte, el Barça experimenta turbulencias en sus cuentas desde hace un tiempo y con la construcción de un nuevo estadio, no está en posición de desperdiciar acuerdos como este. En los últimos encuentros ha llevado el título del disco de Rosalía, Motomami, y el búho de Drake.
Sympathy for the money
Pese a que el Barça lleva el logo de ACNUR en la parte trasera de la camiseta como parte de su compromiso por apoyar a los más de 100 millones de refugiados en el mundo, el club se ha visto obligado a recortar sus gastos por la situación financiera. En su momento, el Barça fue pionero en su colaboración con UNICEF, cediendo de forma gratuita el espacio en su camiseta que les cuesta decenas de millones de euros a los patrocinadores. Además, contribuía con 1,5 millones de euros al año, el 0,7% de su presupuesto. Sin embargo, desde entonces tanto el club como la liga española han dejado atrás esos años de bonanza económica. El equipo blaugrana acumula una deuda desorbitada y ha recurrido a fuentes de financiación como créditos millonarios de grandes fondos de inversión o las famosas palancas. Pero no todo vale para ganar dinero.
En el caso de las colaboraciones con marcas, los clubes de fútbol tienen que ser muy cuidadosos a la hora de apostar por estas asociaciones. Un paso en falso puede ser catastrófico para el branding y la afición. Muchas veces hemos oído expresiones como “ensuciar la camiseta” o “manchar los colores del equipo”. Y pese a que no deja de ser un negocio, el fútbol tiene un alto componente emocional de marca, por lo que hay que andarse con mucho cuidado. La tradición pesa en cada detalle, sobre todo en los clubes más antiguos. Cada vez hemos normalizado más vender el nombre de los estadios, pero recordemos que para muchos se denominaba “el templo”. Es una tendencia que comenzó a ganar relevancia en la NFL, la NBA, la Premier League, la Bundesliga y ahora La Liga. El Manchester City recibía 17 millones de euros por temporada de parte de Etihad, el Atlético de Madrid 9.6 millones de Wanda Group y el Bayern de Múnich 7.3 millones de Allianz. Pero una buena lección sobre los límites del capitalismo en el futbol fue la negativa de la mayoría de clubes europeos por crear la Superliga europea que proponía Florentino Pérez.
En el caso del Barça, antes fue Rakuten su patrocinador principal, pero el año pasado firmó con Spotify un nuevo contrato de 4 años por 435 millones de euros. Esta es la cifra mínima que va a recibir el club en los próximos años, independientemente de que renueven todos los patrocinios actuales. Los valores intangibles de las empresas cada vez son más valiosos y están mejor valorados. Mientras Spotify no se arriesgue en cuanto a los artistas que promocione en las camisetas del Barça, el acuerdo puede ser sostenible. En un acuerdo así, no deja de existir un interés por ambas partes de que los bienes inmateriales no se devalúan. Tanto la marca del Barça y la de Spotify se comprometen a estar unidas, para lo bueno y para lo malo. Al fin y al cabo, ¿A quién no le gustan los Rolling Stones?¿Y el Barça?