Ya estamos normalizando el concepto de las escuelas para influencers que ofrecen títulos para formar a los que se quieren dedicar a vivir de las redes sociales, pero en China han llevado este concepto a otro nivel. Las fábricas de influencers son de lo más distópico, y las imágenes hablan por sí solas.
@edhozell teman-teman yang punya local brand mau dibantu live shoppingnya sama streamers2 yang keren-keren, DM aku aja. ada timku dari @social.bread yang siap membantu! #livetiktok #liveshopping #liveshoppingtiktok ♬ original sound - edho zell
Edificios para influencers
Teniendo en cuenta que muchas veces los influencers solo necesitan un móvil y un espacio donde grabar, han surgido instalaciones dedicadas a vender estudios de distinto tamaño para cada creador de contenido. Esto lo hemos empezado a ver en algunos países asiáticos donde está muy ligado también al Live Shopping. Como explicamos entonces, se trata de un formato similar a la teletienda en streaming que consiste en promocionar y vender los productos en directo. Un streamer que suele ser un influencer o una celebridad, ejerce de presentador de este tipo de programa en el que habla sobre una serie de productos de tal forma que el entretenimiento juega un papel clave. Lo curioso es que este tipo de contenido ha crecido hasta tal punto que permite a muchos influencers dedicarse a ello, rentabilizando el concepto de cubículos para influencers. Al fin y al cabo, crear un estudio con buena iluminación y decoración puede ser costoso, y de esta forma se puede alquilar sin tener que adquirir todo el equipo necesario.
Pero dentro de estos lugares no solo vemos influencers de Livestream Shopping, también encontramos creadores de contenido centrados en videojuegos, live chatting, asmr o maquillaje. Cualquier tipo de videos que consigan atraer el interés online tienen cabida dentro de estos edificios. Y pese a que parece una locura, son un nuevo modelo de negocio que puede llegar a todo el mundo. Por un lado, cada vez hay más personas que quieren dedicarse a ser influencers, y muchas veces están limitados por el precio de entrada al sector. Invertir en iluminación, cámaras, micrófonos y un setup completo puede costar miles de euros, mientras que los ingresos pueden tardar un tiempo en llegar. Mientras tanto, las fábricas de influencers son una forma de empezar a crear contenido invirtiendo mucho menos dinero, y obteniendo las ventajas de un espacio dedicado a este nuevo oficio. Además, los influencers tienen la oportunidad de conocer a otros creadores, compartir ideas y hacer benchmarking sobre aquello que mejor funciona. No sería de extrañar que este extraño tipo de negocio acabe llegando a nuestro país…
Pero también hay que mencionar que este modelo tiene sentido en China debido a que el gobierno ejerce un riguroso control sobre las ideas que difunden los influencers. Los creadores de contenido pueden cautivar a miles e incluso millones de personas online, convirtiéndose en una peligrosa plataforma para la difusión de ideas. Sobre todo para un país como China. Al tenerlos todos en un mismo lugar, esto es innegablemente mucho más sencillo. Precisamente en China hemos visto imágenes similares de influencers llenando las calles de los barrios más ricos para poder lograr que sus directos lleguen a las personas con mayor poder adquisitivo.
¿Cuántos influencers puede haber?
La moda de los influencers no solo arrasa en China. En España uno de cada tres jóvenes desearía poder dedicarse a crear contenido online. Ya hace unos años que ser Youtuber o TikToker se ha convertido en el nuevo Astronauta o Piloto. Son profesiones muy atractivas para los jóvenes porque les permiten ganar dinero desde su casa, en ocasiones haciendo lo que más les gusta, como jugar a videojuegos. Pero también puede ser una forma de hacerse rico, algo que de niño (y no tan niño) también parece muy atractivo. Pero antes de empezar a cobrar por las publicaciones y recibir regalos de marcas, hay un arduo camino que muchas veces depende de la suerte. Con una competencia cada vez mayor por parte de miles de micro influencers e incluso AInfluencers (creados por la IA), puede no ser la mejor opción. En general, las redes sociales (o por lo menos las más grandes) están llegando al punto de saturación. Es muy complicado crecer si acabas de llegar. Y no podemos descartar que los influencers han vivido una burbuja en los últimos años que pueda dejar de ser tan rentable. Por lo pronto, los precios han llegado a un punto en que las marcas difícilmente pueden pagar más y ya cuentan con un amplio abanico de opciones. No sería de extrañar, que estemos cerca de llegar al número máximo de influencers que puede mantener nuestra sociedad.