Esto es lo que congrega a más de 850 mil personas en Instagram que se autodenominan “rockeros”. Resulta curioso cómo ha crecido una férrea comunidad de amantes de tirar piedras, ya sea a lagos, ríos o el mar. Los seguidores se dedican a puntuar los videos que mandan personas desde todas partes del mundo que comparten el placer visual y sonoro que aportan las rocas cayendo al vacío y chocando contra la superficie del agua.
¿Qué es Piedras.tirar?
Inicialmente, la cuenta surge como una iniciativa de un grupo de jóvenes vascos que tienen una pasión en común: tirar piedras al agua. Pero enseguida comienza a crecer su popularidad ya que esta pasión y sus videos resuenan a través de internet en miles de personas de todas las partes del mundo. Lejos de limitarse a repetir una y otra vez la misma fórmula, los seguidores de piedras.tirar mandan sus videos dando muestras de su originalidad para lograr que aparezcan en la cuenta. De esta forma, vemos cómo buscan los lugares más sorprendentes, los planos más inesperados y sobre todo, las rocas más llamativas. La gran comunidad que nace de esta forma en Instagram y TikTok, se dedica a disfrutar de este contenido y puntuar todos los elementos de los lanzamientos, desde la trayectoria, el sonido y la salpicadura. Lo bonito de esta tendencia es que cualquiera puede participar y tener su momento de fama, en ocasiones llegando a cientos de miles de personas.
Y lo cierto es que ya hay más cuentas que están ganando muchos seguidores con un estilo similar. Por ejemplo, manos.saludar muestra videos de choques con las manos, o metros.perder muestra videos de personas justo cuando pierden el metro. Por diversas razones, estos videos cautivan a personas de todas las edades y procedencias. Es fascinante ver cómo prolifera esta tendencia y como el encanto de cosas aparentemente sencillas es capaz de atrapar a una comunidad tan grande.
La magia de lo sencillo
Hasta cierto punto, el éxito de estos videos responde a la capacidad de los usuarios de apreciar los pequeños detalles. Viendo los comentarios, podemos ver cómo se valora la técnica, el sonido, el tamaño y forma de las rocas, pero sobre todo la reacción de los presentes. Frecuentemente, el público aplaude el lanzamiento desde un puente o mirador, incluso dejando escapar expresiones de sorpresa y asombro. Resulta magnético seguir la trayectoria de la piedra en el aire hasta que impacta en el agua y genera un sonido indescriptible. Antes de internet, es muy probable que a los humanos durante siglos les resultase fascinante lanzar piedras desde grandes alturas. Se podría argumentar que responde a un placer primitivo el ver un acontecimiento así. De esta forma no resulta sorprendente su éxito online. Seguro que a muchos les dan ganas de probarlo la próxima vez que se encuentren en la naturaleza y observen con intriga una piedra de gran tamaño que se ha cruzado en su camino. Solo hay que tener cuidado de no dar a nadie y disfrutar del espectáculo.