En pleno debate sobre la regulación de esta tecnología en EEUU, el expresidente Barack Obama ha concedido una entrevista a The Verge para tratar estos temas. Resulta muy interesante ver el punto de vista del 44º presidente y su implicación con estos temas. Desde luego presenta argumentos lógicos y razonables. Aquí tienes la entrevista y un resumen sobre los puntos más importantes.
Obama sobre la IA
Obama asegura que desde 2015, las implicaciones de la IA y su impacto en el futuro comenzaron a ser evaluadas por la Casa Blanca. Igual que hemos visto opinar a otros expertos como Elon Musk, él piensa que la tecnología es capaz de producir un efecto muy positivo en el desarrollo de la humanidad, pero también esconde grandes peligros. Para regular las consecuencias indeseadas, las democracias deben asegurar su supervivencia interactuando de forma directa con el sector privado, que está liderando esta revolución. Son necesarias unas reglas claras para definir la trayectoria a seguir en un mundo tan cambiante que sean capaces de maximizar los efectos positivos y minimizar los riesgos destructivos. De cara a su último año de gobierno, en 2017, llevó a cabo un informe con un equipo especializado en la materia para contemplar los escenarios más probables. Sin embargo, Obama confiesa que en el último año la tecnología ha evolucionado tan rápido que ha superado sus expectativas y ha demostrado ser más poderosa de lo que imaginaban.
Se trata de una tecnología transformadora a todos los niveles, y debemos aceptarlo cuanto antes. En todo momento, asegura el expresidente, hay que contemplar los milagros que puede ofrecer dentro de la innovación y el progreso científico, pero con el debido análisis de los peligros posibles. Si ponemos esta tecnología en las manos equivocadas, puede llevar a otro nivel el potencial destructivo de los ataques terroristas o las dictaduras. En resumen, los gobiernos deben conocer de cerca lo que está sucediendo en el campo de la investigación y anticipar los escenarios más delicados para evitarlos. Pero de la misma forma, no deben convertirse en un impedimento para que la IA pueda revolucionar campos como el de la medicina o el alivio del cambio climático. Las empresas privadas deben demostrar que están alineadas con los intereses de la sociedad demostrando transparencia en cada paso y unos adecuados protocolos de seguridad.
Pero una parte clave de la regulación es que sea flexible, ya que estamos en todo momento tratando con una tecnología que no para de cambiar y evolucionar. Ahí es donde reside el nuevo reto. Y contar con los mejores expertos es una parte esencial para poder prever los pasos siguientes. También en el sector público. Porque no es un secreto que hasta ahora los gobiernos han sido incapaces de regular a un ritmo adecuado.
Obama sobre las redes sociales
El expresidente comparte una risa al recordar que fue el primer presidente digitalizado, que de hecho utilizó las redes sociales a su favor durante la campaña presidencial. Pero lo cierto es que desde entonces se ha vuelto en una peligrosa herramienta política y ha transformado el funcionamiento de las elecciones. Además, las redes sociales representan la incapacidad por parte del gobierno para regular temas como la privacidad de los datos de los usuarios, la desinformación o el alcance de los algoritmos. Hasta ahora. La decisión de Biden sobre regular el funcionamiento de las redes, con Meta en el centro de la polémica, es un primer paso muy acertado para cambiar la situación. De hecho, una regulación efectiva de las redes sociales puede repercutir de forma directa en acelerar el control de la IA.
Hay una conexión directa entre la libertad de expresión y las redes sociales, pero no se puede permitir que se convierta en un sinónimo. No todo vale. Obama se considera un fiel defensor de la libertad de expresión en todas sus modalidades, pero afirma que debe haber límites necesarios. Por ejemplo, con respecto a la discriminación y la pornografía, es positivo que existan unos límites y unas consecuencias a los que los vulneren. Con las posibilidades que ofrecen los deep fakes para manipular la opinión pública, la regulación no vulnera la libertad de expresión, sino que se puede argumentar que la protege. Y esta opinión se puede extrapolar al debate sobre el copyright y la protección de la propiedad intelectual. En general, es positivo que el tema se vuelva una parte importante del debate público e involucre a todos los stakeholders. Lograr un consenso es esencial, y con su característico optimismo, Obama piensa que es posible. Al fin y al cabo ya se ha logrado en el pasado en situaciones similares, como ante la llegada de la electricidad o internet.