Musk ha anunciado en las últimas horas con varios tweets que la red va a pasar a llamarse X. La decisión de cambiar el aspecto de una red tan longeva sorprende, y parece una nueva estrategia arriesgada del magnate para revertir la complicada situación que se prolonga desde hace semanas tras la llegada de Threads.
X será el nuevo Twitter
Para muchos es inconcebible llamar de otra manera a su red predilecta, en la que pese a todo, siguen entrando a diario. La nueva imagen que ha compartido Musk para Twitter sigue la línea de sus otras empresas. Por lo pronto el renaming a X no es nada novedoso teniendo en cuenta que aparece en muchos de sus productos y marcas como Space X o xAI. Al parecer Musk compró el dominio de X.com en 2017 para utilizarlo con PayPal pero ahora pretende que sustituya a Twitter. Según ha dicho en numerosos tweets desde anoche, su intención es introducir el nuevo logo e imágen lo antes posible, por lo que para mañana podríamos esperar el fin del famoso pájaro. Ya ha enviado un email a los empleados de la compañía para anunciar el cambio a X, y ha compartido su aspecto en su cuenta personal. Alternando un fondo negro con la única letra en blanco, hay una similitud obvia con Threads, la nueva red de Meta que ha logrado un crecimiento sin precedentes y pretende desbancar a Twitter.
Para encontrar el logo que buscaba, Musk pidió que mandasen sus propuestas los usuarios. De esta forma, Musk compartió un logo enviado por el usuario Sawyer Merritt que aseguraba haberlo creado para su podcast. Al final han optado por una versión más minimalista de este logo, pero el cambio parece que se va a convertir en una realidad en cualquier momento. Linda Yaccarino, CEO de Twitter, también lo ha compartido con entusiasmo. Sin embargo, un rebranding de estas dimensiones siempre es algo arriesgado, pero con la inestabilidad que vive la empresa desde hace un tiempo puede ser una apuesta muy elevada. Como nos tiene cada vez más acostumbrados Elon Musk, esta decisión tan trascendental parece haber sido tomada en pocas horas, con cierta prisa autoimpuesta. Mediante tweets, incluso ha interactuado con los usuarios que mostraban su descontento ante el cambio. Desde luego, sin intención de negociar que se quede todo como estaba.
El fin de una era
Desde que Musk compró la empresa en octubre del año pasado, la red estaba destinada a sufrir cambios importantes. Durante estos meses, hemos visto diversos intentos para monetizar la app, mediante los usuarios de pago con Twitter Blue, Tweet Deck y los pagos a los creadores de contenido. Sin embargo, la mayoría de usuarios que no han adquirido cuentas de pago, han visto como se ha limitado el número de tweets que pueden ver, e incluso ahora van a tener un límite en el número de mensajes directos que podrán enviar. Dada la situación financiera de la red desde que la adquirió Musk por 44 billones de dólares, eran necesarios algunos cambios de estas dimensiones para que la app pudiese sobrevivir. Pero es también una realidad que las decisiones erráticas del sudafricano han sido en ocasiones equivocadas. Una prueba de ello es el ascenso meteórico de la alternativa presentada por Zuckerberg con Threads.
Si el rebranding finalmente se lleva a cabo como han anunciado, difícilmente podrá haber vuelta atrás. Cualquier experto en la materia sabe que para lograr un cambio así, es necesario apostar por la nueva imágen corporativa por todo lo alto. Pero a diferencia de un proceso de rebranding habitual, con pruebas y focus groups, en este caso parece ser una decisión personal tomada por Elon Musk. La historia nos ha enseñado que incluso un cambio pequeño en la imágen de los productos a los que estamos acostumbrados puede tener un efecto catastrófico. Con la situación actual, difícilmente puede soportar la red ningúna crisis más. Pero los propios usuarios tampoco seguirán indefinidamente adaptándose a las nuevas propuestas, en ocasiones arbitrarias de Musk. Más allá de los cambios en su interfaz, la nostalgia se extenderá al propio pajarito y los tweets. ¿Cambiará también el sonido que hacen?