Hace apenas dos semanas que llegaron las futuristas gafas de Apple a las tiendas de EEUU y ya las hemos visto en todas partes. Sin embargo, se cierra el periodo de devolución que establece Apple de 14 días, lo cual está haciendo que muchos las estén llevando de vuelta a las tiendas. ¿A qué se deben las devoluciones de las Vision Pro? Repasamos las razones principales que tienen los usuarios.
1. Su precio
Apple ya nos tiene acostumbrados a precios por encima de la media del mercado, pero con las Vision Pro ha ido un paso más allá. Si comparamos los 3,500 dólares que valen las gafas de Apple frente a los 499 dólares que valen las Meta Quest 3, hay una diferencia sustancial. Y para muchos usuarios esta diferencia es excesiva. Los early adopters que se lanzaron a las tiendas a por las Vision Pro es probable que estuviesen valorando la inversión con el periodo de devolución. Mientras no se dañen ni las gafas ni su packaging, es posible devolver el dispositivo antes de 14 días. De los 200,000 usuarios que ya las tienen, todavía no podemos saber cuántos las van a mantener. Al fin y al cabo, muchos es probable que tuviesen ganas de probarlas pero que no vayan a darles un uso habitual suficiente como para justificar un precio tan desorbitado. Pero conviene recordar que las Vision Pro no están enfocadas a un usuario normal de Apple, sino para empresas y expertos en tecnología.
2. Molestias en los ojos
Entre los que han adquirido las gafas, un problema que han destacado en varios foros como Reddit son las molestias que producen las gafas en los ojos. No hay que olvidar que lo que uno ve a través de las gafas es una pantalla que muestra lo que nos rodea. El realismo que ofrece la pantalla de las Vision Pro mediante todas las cámaras que tiene incorporadas logra crear una ilusión casi perfecta. Pero lo cierto es que no deja de ser una pantalla lo que estamos mirando. Y tras varias horas, es irremediable que se produzca cierto picor o enrojecimiento de los ojos. Si tenemos en cuenta la cantidad de horas que requiere uno pasar delante de un ordenador en una jornada laboral promedio, parece que con las Vision Pro todavía es complicado. Los usuarios lo comparan con estar mirando a través de unos prismáticos. Después de un rato es molesto. De la misma forma, para controlar el dispositivo mediante el eye-tracking es necesario mover el ojo de forma constante. Esto también puede ser agotador, pero parece que con el tiempo uno se puede llegar a acostumbrar.
3. Las Vision Pro pesan bastante
Las Vision Pro pesan entre 600 y 650 gramos, y eso es bastante peso para llevar en la cara. Como referencia, un iPad Pro de 12.9 pulgadas pesa 680 gramos, tres iPhone 15 Pro Max uno encima del otro pesan 663 gramos, y un manojo de cinco plátanos pesa unos 500 gramos. Algunos usuarios están creando modificaciones impresas en 3D para distribuir mejor el peso. Pero otros informan de que no pueden llevarlas puestas durante la duración de una película. Hay que tener en cuenta que mientras se usan, lo habitual es mirar de un lado a otro y esto puede dejarte luego el cuello con agujetas. Es probable que en el futuro las gafas de realidad aumentada sean cada vez más ligeras y recordemos con humor cuando pesaban tanto. Pero desde luego con lo que cuestan conviene tener en cuenta esto.
4. Todavía les falta progresar
Como demuestran algunos de estos inconvenientes, estamos ante un producto ciertamente revolucionario pero que representa todavía solo el primer paso de lo que está por venir. Las Vision Pro tienen mucho potencial. Eso es evidente. Pero el potencial no se puede utilizar y disfrutar en el día a día. Lo que pretende Apple es que este dispositivo sea capaz de hacer lo mismo que un Mac, un iPad o un iPhone. Pero por el momento no es del todo capaz de sustituirlos. Para lograr que sea una opción verdaderamente viable para la productividad, las Vision Pro todavía tienen que dar un paso más en cuanto a usabilidad y compatibilidad. Es probable que con sucesivas actualizaciones varios de estos problemas se solucionen, pero por el momento a los usuarios es posible que no les merezca la pena la inversión. Eso sí, para el uso de ocio y entretenimiento parece que las Vision Pro sí que cumplen su función pese a los pequeños contras.
5. La soledad detrás de las gafas
Quizás este es el problema de más difícil solución ya que es intrínseco a las gafas de realidad aumentada. Las Vision Pro, igual que los demás competidores, te aíslan del mundo. Ojo, esto puede ser un atractivo para muchos. Por ejemplo, en un vuelo o en un aeropuerto puede ser una salvación. Pero en el hogar o en la oficina puede resultar una barrera con los demás. No puedes mostrarle lo que estás viendo a alguien o verlo juntos. Tampoco puedes hablar cara a cara, pese a que Face Time con las gafas sea una de sus principales funciones. En última instancia, puedes acabar sintiendo una incomparable soledad tras las gafas. Alomejor este es el mundo al que nos dirigimos, y tendremos que acostumbrarnos a interactuar a través de la tecnología que nos va a rodear. Pero seguro que muchos preferirán ver el mundo con sus propios ojos. Además esto no tiene precio.