Esta ingeniosa campaña nos recuerda la cantidad de tiempo que nos quitan nuestros teléfonos móviles. Y una solución sería volver a los móviles que se limitaban a realizar llamadas. Este nuevo móvil de Heineken nos recuerda a los nokias antiguos y tiene una estética propia de Matrix. ¿Te interesa el Boring Phone?
El Boring Phone de Heineken: ¿para qué sirve?
El «Teléfono Aburrido», presentado por Heineken y Bodega, busca llevarte a una época antes de los smartphones, incentivando la comunicación a través de SMS en lugar de las redes sociales y las notificaciones constantes. Este teléfono, exhibido en la Semana del Diseño de Milán, destaca por sus funciones básicas como la marcación rápida, personalización con pegatinas 3D, y su durabilidad frente a caídas. La idea es promover un menor compromiso digital y más interacciones reales, ofreciendo estos dispositivos gratuitamente a nivel mundial para fomentar tiempo de calidad desconectados. Y por supuesto, los de Heineken nos animan a pasar el tiempo offline compartiendo una cerveza. A los nostálgicos de los tiempos analógicos les entra por los ojos el diseño cutre pero guay de este móvil. Pero a muchos nativos digitales saturados por los estímulos también les podría interesar un móvil mucho menos inteligente.
¿Son los smartphones demasiado interesantes?
Los teléfonos móviles que la gran mayoría de la sociedad llevamos a todas partes encima, nos quitan una gran parte de nuestro tiempo. Mediante un aluvión de notificaciones, contenido optimizado por algoritmos y redes sociales diseñadas para mantenerte pegado a la pantalla, muchas veces son una trampa. Incontables estudios apuntan a que estamos viendo nuestro umbral de atención mermado, siendo cada vez más incapaces de permanecer concentrados durante largos periodos de tiempo. Esto tiene terribles consecuencias sobre nuestra vida pero también sobre nuestro entorno. Uno de los problemas más preocupantes es nuestra incapacidad de leer textos extensos y profundos. Por culpa de esto, nuestra habilidad de llevar a cabo un pensamiento crítico se diluye. Nos dejamos llevar por estímulos y sentimientos en lugar de ideas y datos. Y lo más curioso es que muchas veces somos conscientes de que la culpa la tienen nuestros teléfonos. Pero no somos capaces de alejarlos de nosotros por el FOMO y la dependencia que hemos desarrollado. Quizás seríamos más felices con un teléfono mucho más aburrido.