La principal fuente de enfado por parte de los usuarios es el límite en el número de tweets que se pueden ver cada día. Sin embargo, este número varía dependiendo de si eres un miembro de pago o no. Las cuentas verificadas están limitadas a leer 10.000 publicaciones por día, las cuentas no verificadas a 1.000 publicaciones al día y las nuevas cuentas no verificadas a 300 publicaciones al día. Estos límites son superiores a los que se encontraron los usuarios en una primera instancia. Pero estos cambios no son los únicos, y cada vez más cerca del lanzamiento de Threads por parte de Meta, la situación puede ser crítica.
Elon Musk en el centro de la polémica
Desde la adquisición de Twitter en octubre por parte del multimillonario detrás de Tesla, las críticas le han perseguido con cada decisión arriesgada que ha llevado a cabo. Las sucesivas caídas que ha presenciado la red, suponen un reto para la mermada plantilla de trabajadores, tras los despidos masivos que hubo con la llegada de Musk (más de la mitad de la plantilla). Además, la introducción de Twitter Blue, un sistema de monetizar usuarios de pago para solventar la insolvencia en que se encuentra la empresa, ha causado gran frustración entre la comunidad. En este caso, ante una nueva caída de los servidores, conocer que el contenido se limita con tanta disparidad entre los usuarios normales y premium no ha gustado.
Elon Musk mediante un tweet anunciaba estas restricciones debido a “niveles extremos de extracción de datos y manipulación del sistema”. De acuerdo a los problemas para cargar el contenido nuevo, han establecido estos límites temporales, que de momento se prolongan de forma indefinida. Las medidas de emergencia, como el propio Musk las define en otro tweet, se deben a la extracción masiva de datos que asegura están realizando los modelos de lenguaje para formar a sus IAs. Manifiesta que casi todas las empresas de IA, desde las grandes corporaciones a las pequeñas que están emergiendo, estaban extrayendo grandes cantidades de datos de la red. Musk aprovechaba para culparlos también por la caída de los servidores, ya que este proceso requiere una gran cantidad de servidores de emergencia. Por supuesto, el empresario no quiere asumir estos gastos.
En línea con este temor a las acciones de la IA, otra medida en vigor es que para acceder al contenido publicado en Twitter es ahora necesario registrarse y por lo tanto tener una cuenta. Ya hay quien considera que las decisiones del magnate escapan a toda lógica empresarial. Limitar el contenido visible por los usuarios y por lo tanto su tiempo de uso es lo contrario de lo que ambicionan normalmente las redes sociales. Una vez más, veremos si reside en sus decisiones cierta genialidad vedada al resto de los mortales, o las erráticas tácticas acaban por hundir de forma definitiva a una red con una competencia en auge. Porque seguramente Zuckerberg estará disfrutando de la situación, cerca del lanzamiento de Threads por parte de Meta, anunciado para dentro de solo unos días. Esta red será una competencia directa del modelo de Twitter.
TweetDeck será solo de pago tras los primeros 30 días
Sumado a la situación nada sencilla a la que se enfrenta la plataforma por las caídas, las restricciones y la inminente competencia de Meta, el nuevo TweetDeck también ha despertado un gran descontento. Esta es la nueva versión de TweetDeck, que ya han probado en los últimos dos años algunas cuentas seleccionadas. Recordemos que TweetDeck es una aplicación que permite a los usuarios gestionar varias cuentas de Twitter a la vez, programar los tweets, y acceder a funciones como encuestas. La nueva versión será accesible ahora para todos los usuarios, pero tras 30 días solo los usuarios verificados o con Twitter Blue podrán usarla. Y además, la plataforma también está experimentando problemas y errores en las últimas horas. Empleados de la empresa han confirmado que la migración será obligatoria para todos los antiguos usuarios. Parece estar claro que Twitter atraviesa uno de sus peores momentos, y los usuarios manifiestan su enfado con la esperanza de lograr que Twitter modifique sus nuevas condiciones, algo que ya han hecho en el pasado.