Este proyecto fundado por el CEO de OpenAI, Sam Altman, pretende escanear los ojos mediante unas futuristas orbes para determinar si los usuarios son humanos. De esta forma, se crea un pasaporte virtual que garantiza que no eres un bot o IA, algo cada vez más necesario. A cambio recibes una criptomoneda gratis, solo por ser humano. ¿Tiene truco?
Una garantía humana con World ID
Con el progreso de la IA generativa como ChatGPT, ya es en ocasiones indistinguible si estamos tratando con una persona o con un chatbot. Por esto, es necesario encontrar una manera de garantizar online que un usuario es efectivamente de carne y hueso. Con este objetivo se crea Worldcoin, un proyecto de criptomoneda centrado en redefinir el proceso de identificación online. Mediante el escaneo de los ojos, se obtiene el World ID, una garantía de que el dueño es humano. No es casualidad que el CEO de OpenAI esté detrás de este proyecto, puesto que ChatGPT ha sido la principal herramienta que ha puesto de manifiesto la necesidad de realizar una distinción de las máquinas. La intención es poder identificar que se trata de un humano sin comprometer la privacidad de sus datos personales. World ID funciona como un pasaporte virtual, demostrando que el usuario es humano pero sin compartir en el proceso su identidad real. De esta forma aseguran que cumple los requisitos de privacidad y protege a los usuarios de cualquier ciberataque contra su identidad. Sin embargo, el principal temor de los usuarios es llevar a cabo el escaneo y confiar en que su rostro no sea utilizado para ningún otro propósito. En teoría, la orbe elimina inmediatamente los datos del escaneo una vez realiza la verificación.
¿Cómo funciona la verificación?
Para obtener el pasaporte virtual de World ID, es necesario realizar un escaneo biométrico en persona. Para ello se realiza un escaneo del rostro y el iris mediante las orbes de Worldcoin. Estas orbes son el producto más futurista que hemos visto en mucho tiempo, y sirven para realizar el proceso de verificación humana. Son de color metálico, del tamaño de un balón y están disponibles en ubicaciones por todo el mundo mediante reserva. Los usuarios se descargan la World app y necesitan obtener el World ID en una orbe. Para ello piden cita y realizan el escáner en persona mediante la orbe más cercana. Tras completar este proceso, reciben el World token que demuestra la identidad humana. La compra y venta de estos tokens ya ha comenzado con más de 145 millones de dólares intercambiados en las primeras horas. En Estados Unidos hay 11 ubicaciones de orbes, y van a dar el salto internacional a 35 ciudades en 20 países. Los usuarios escaneados ya son más de 2 millones.
Altman, el fundador, describe los ambiciosos objetivos del proyecto como una manera de lograr un mundo mejor. Pretenden simultáneamente aumentar las posibilidades económicas del público y crear un proceso de verificación humano que preserve la privacidad. En última instancia, quieren lograr una renta básica universal financiada por las máquinas. Esto lo logran al ofrecer una criptomoneda gratuita sólo para aquellos que son humanos. Llevando el proyecto a una escala global, es una manera de compartir los beneficios que va a traer la nueva tecnología con toda la humanidad. Las Worldcoin parecen una utopía lejana todavía. Es interesante que el CEO de OpenAI apueste por un proyecto de este tipo, pero su implementación resulta costosa y lenta. Con la llegada de las orbes a nuevos países, veremos si logran atraer a suficientes personas para que el proyecto sea viable. Para mi sorpresa, en España hay 13 ubicaciones entre Madrid y Barcelona, muchas de ellas a través de Pop-ups en centros comerciales. Si el valor de esta criptomoneda despega, no es de extrañar que veamos colas muy pronto en estas ubicaciones, pero por el momento se mantiene en torno a los 2 dólares.