En las últimas semanas, un robot español llamado Misty II ha empezado a cuidar a 20 personas mayores como parte de su prueba. Con una población cada vez más envejecida en muchas regiones del mundo, la tecnología puede ayudar a solventar uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en el siglo XXI: la soledad. ¿Pero es un robot verdaderamente una buena compañía?
¿Qué es Misty II?
Ya hemos comentado cómo la IA puede ofrecer grandes beneficios a la hora de mejorar la atención y el cuidado de las personas de la tercera edad. Pero si combinamos la robótica con un avanzado modelo de lenguaje, podemos tener algo que cada vez se asemeja más a un cuidador humano. Y esto es lo que pretende llevar a cabo el proyecto español de la Fundación Barcelona Mobile World Capital con Misty II. Fue presentado tan solo en Enero y tiene un tamaño pequeño, similar a una mascota. Su aspecto nos recuerda a un robot clásico, como un juguete de los 80 y 90, pero este es parte de su encanto para ganarse la confianza de una generación distanciada de las pantallas. Cuenta con todo tipo de sensores y cámaras para moverse y con altavoces y micrófonos para comunicarse. Puede servir tanto para estimular la conversación y realizar recordatorios como para llamar a emergencias si la situación se tuerce.
Con la prueba piloto que se está llevando a cabo, ya hay 20 usuarios que están probando a convivir con Misty II. Los robots cambiarán de hogar cada dos meses para estudiar sus capacidades de adaptación y aprendizaje. En el estudio también se van a monitorizar las circunstancias de las personas mayores antes y después de contar con el apoyo de Misty. Se espera que con la experiencia en un entorno real que van a adquirir con esta prueba, van a poder progresar enormemente. En última instancia, con un robot social de estas características se puede mejorar la vida tanto de las personas mayores como de los proveedores de los cuidados. Para muchos enfermeros o cuidadores, puede ser una gran manera de cuidar a los ancianos desde la distancia y tenerles siempre bajo control. Con el experimento, también se podrá evaluar cómo de eficaces son los robots para reducir el aislamiento y monitorizar el estado de salud de sus humanos. El objetivo es que los robots lleguen eventualmente a más hogares, independientemente del poder adquisitivo de las personas.
La edad y otras contradicciones
En mayor o menor medida, todos debemos enfrentarnos en algún momento a los estragos que supone el envejecimiento, tanto en nosotros como en los que nos rodean. Pero igual que supone una preocupación recurrente en nuestras vidas, no debemos permitir que se convierta en un problema endémico de nuestra sociedad. Cada vez más es habitual oír hablar del edadismo y la gerontofobia (discrmininación y aversión hacia las personas mayores). La industria del cine y de la música lleva tiempo alzando la voz contra la discriminación que sufren los artistas cuando llegan a una determinada edad. Sobre todo las mujeres sufren muy de cerca este fenómeno, independientemente de que seas Madona o Sigourney Weaver. La tecnología podría liberar a las futuras generaciones de parte de este sufrimiento, que se vive principalmente en occidente. Es importante puntualizar que en oriente y sobretodo Asia, la edad es fruto de veneración y respeto. ¿Qué sentido tiene perjudicar a las personas mayores, si tarde o temprano todos estaremos en esa situación?
En España es un problema cada vez más acuciante, sobre todo en determinadas regiones como Galicia o Asturias donde la población mayor de 64 es más del doble que la menor de 16. En la ciudad de Barcelona hay 350.000 personas de más de 65 años, 90.000 de las cuales viven solas. Durante los próximos años se prevé que esta cifra aumente progresivamente mientras las residencias están saturadas y distan de ser la opción preferida por las familias y los propios ancianos. Lógicamente, más del 90% de las personas mayores prefieren vivir en su casa que tener que ir a una residencia o a vivir con otros familiares. Si la tecnología puede permitir que los mayores vivan de forma independiente y segura, podríamos estar hablando de una solución a un problema de gran importancia para la sociedad. Y si los robots son capaces de vencer la soledad, quizás aún queda esperanza para coexistir con la tecnología.