Algunos lo definen como el Amazon de África, otros creen que este comercio electrónico está luchando contra lo imposible para sobrevivir. En 2019, Jumia se convirtió en la primera empresa africana en cotizar en la bolsa de Nueva York, rápidamente triunfando entre los inversores. Desde entonces, mucho se ha especulado sobre su potencial pero, ¿verdaderamente estamos ante un nuevo Amazon?
La historia de Jumia
Jumia es una startup que fue fundada en 2012 en Nigeria por Jeremy Hodara y Sacha Poignonnec, junto con Tunde Kehinde y Raphael Afaedor. Rápidamente se expandió a otros países africanos, y para 2018, estaba presente en 14 naciones del continente. Su modelo de negocio se basa en un e-commerce donde es posible encontrar todo tipo de productos, tecnológicos, electrodomésticos, accesorios, moda o incluso alimentación. En 2013, lanzó plataformas de reservas de hoteles y entrega de comida, buscando diversificar sus servicios. En 2017, introdujo JumiaPay, un servicio de pago seguro. Durante estos años, su crecimiento prometía que la empresa podría rápidamente convertirse en un gigante. De hecho, fue la primera empresa africana en alcanzar una valoración de más de mil millones de dólares en 2016, convirtiéndose en un «unicornio». En 2019, se hizo pública en la Bolsa de Nueva York. En tan solo cuatro días, el valor de sus acciones se había duplicado.
Sin embargo, en 2019, Jumia suspendió operaciones en Camerún, Tanzania y Ruanda, enfocándose en mercados más rentables. Porque a pesar de su gran crecimiento, la empresa ha tenido dificultades para obtener beneficios, con pérdidas recurrentes desde hace años. Y es cierto que otras grandes empresas como Amazon también tardaron años en abandonar las pérdidas, pero en el caso de Jumia, todavía siguen a día de hoy. En 2020, cambió su mix de ventas hacia bienes esenciales y en 2023, bajo la dirección de Francis Dufay como CEO, la empresa está enfocada en una gestión de costes más eficiente y en expandir su presencia en ciudades más pequeñas. Jumia ha sufrido una caída estrepitosa en bolsa desde su primer año, ligada al cambio en la dirección y múltiples polémicas que han afectado a su credibilidad. Ahora, siguen trabajando para dejar atrás las pérdidas, cada cuatrimestre un poco más cerca del punto de equilibrio.
Jumia quieres ser Amazon
Igual que les sucede a los jóvenes deportistas, que les comparen con los mejores desde el principio de su carrera, puede ser contraproducente. Hasta cierto punto, esto es lo que le ha sucedido a Jumia. Por un lado, gracias a tener un modelo de negocio que Amazon ha demostrado que puede ser escalable a muchos países, Jumia ha logrado expandirse a muchos países Africanos. También, al centrarse en un continente con gran potencial, Jumia cautivó a los inversores. Pero las expectativas poco realistas suelen llevar a la decepción, y esto es lo que le ha sucedido a muchos con esta empresa. Pese a que cotizar en bolsa suele ser un hito para las empresas multinacionales, también puede ser un error si es de forma precipitada. Lo que muchos llaman morir de éxito. Es por esta razón, entre otras, que grandes empresas como Open AI prefieren permanecer siendo privadas. Muy ligado a esto, también vemos que el crecimiento desenfrenado puede ser una causa de colapso. Al expandirse a otros países, aumentan los gastos y muchas veces no se dedica el tiempo suficiente a la investigación de mercados y la optimización.
Una realidad es que África está en crecimiento, pero todavía tiene un largo camino por delante. Por ejemplo, el e-commerce se ha topado con grandes problemas logísticos por factores como el hecho de que muchos pueblos y calles no tienen nombre, por lo que los repartidores deben localizar a los clientes por teléfono. Además, el sector del e-commerce crece lentamente en países con gran inestabilidad política y precariedad económica. Por su parte, el mercado africano no es precisamente un océano azul, ya que grandes multinacionales también se están expandiendo allí y aumentan la competencia. Comparar Jumia con Amazon resulta atractivo para generar expectativas, pero en la práctica ha resultado ser un error. La identidad de la empresa, reivindicando el lugar de África en el mapa empresarial, también ha sido criticada por sus oficinas en Berlín, Dubai y Oporto. En el largo plazo es incierto cómo evolucionará la empresa, pero probablemente siga creciendo gradualmente. Hace solo un mes, cerró una alianza estratégica con Starlink de Elon Musk para distribuir las antenas de internet por el continente africano.