Con el objetivo de facilitar el acceso a la información médica, la Organización Mundial de la Salud ha presentado a Sarah. Se trata de un avatar impulsado con IA que busca ser capaz de responder preguntas sobre cualquier tema relacionado con la salud. ¿Funcionará? La hemos puesto a prueba.
¿Qué es Sarah?: la doctora virtual de la OMS
Ojo al dato: según una encuesta más de la mitad de la población consulta temas de salud en internet. Ya sea para consultar nuestros síntomas o para contrastar cuáles son los mejores tratamientos, cada vez más es internet el lugar al que recurrimos. Pero no siempre logramos encontrar información fiable y contrastada, lo cual puede suponer un grave problema. Por esta razón, la OMS busca facilitar el acceso a información médica de confianza. Las grandes empresas tecnológicas ya están trabajando en modelos con IA para ofrecer información médica gratuita. Como es el caso de Google con Med-PaLM 2. Sarah, el chatbot de la OMS busca ofrecer algo similar pero con toda la información depurada que posee la organización mundialmente conocida. Sarah, como no podía ser de otra forma, son las siglas de Smart AI Resource Assistant for Health (Asistente inteligente de recursos de IA para la salud). Está disponible por el momento en 8 idiomas, incluido el castellano. Sin embargo, todavía despierta algunas dudas sobre su efectividad.
A la hora de interactuar con Sarah, debes habilitar tu cámara y tu micrófono para unirte a una videollamada. Al otro lado de la pantalla te encuentras con la doctora virtual. Por lo pronto, la doctora virtual muestra muy poca empatía a la hora de ofrecer sus respuestas. Esto se podrá solventar pronto con el progreso de la IA y la riqueza de los modelos de lenguaje a la hora de ofrecer respuestas cada vez más humanas. Pero ahora mismo su forma robótica de comunicarse nos deja un poco indiferentes. Parece mentira pero la OMS tiene mucho que aprender de Replika AI. En cuanto a la calidad de las respuestas, Sarah se limita a ofrecer recomendaciones muy generales o un listado básico de síntomas vinculados a algunas dolencias. Tampoco puede visualizar imágenes y casi siempre nos recomienda asistir a un médico de carne y hueso. Está claro que todavía tienen trabajo que hacer, pero este lanzamiento demuestra que la OMS no quiere dejar pasar la oportunidad de entrar a la competencia de la IA.
El futuro de la salud es digital
Esto parece una realidad viendo los avances que están llevando a cabo las grandes empresas tecnológicas pero también las principales entidades de salud pública. La IA supone una revolución en los avances técnicos, como para diseñar anticuerpos, pero también para la atención que reciben los pacientes. No solo se está trabajando en crear chatbots que puedan solventar las dudas de los pacientes y profesionales online. También vemos robots que muy pronto podrán realizar estas consultas de forma presencial e incluso administrar tratamientos. Sarah es solo un ejemplo de como en el futuro distintas entidades ofrecerán los servicios de salud de forma diferente gracias a la tecnología. No sería de extrañar que distintos gobiernos desarrollen el equivalente para ofrecer a sus ciudadanos un médico virtual. Seguro que Estonia no tarda en integrar alguna medida del estilo. También hay mucho potencial en lo referente a democratizar el acceso a la ayuda de profesionales. Como es el caso de la salud mental, su precio muchas veces es un problema y las alternativas gratuitas de la IA quizás pueden ser de ayuda. Aunque que no las veamos en acción, el escepticismo es lógico.