Esta semana se ha hecho viral la carta de Adela Domínguez al País, denunciando que con 26 años tiene que volver a vivir con sus padres debido al impagable precio de la vivienda en España. Porque también esta semana hemos visto noticias sobre que el precio de la vivienda ya supera más de la mitad del salario medio de los españoles. Hablemos del precio de la vivienda, sus causas y posibles soluciones.
Adela Domínguez y su carta
“¿Realmente es mío el fracaso, o es de una sociedad donde cada vez es más difícil iniciar un proyecto de vida?”. Así termina la carta de la lectora Adela Domínguez que han compartido miles de personas esta semana. Aviva un debate que lleva tiempo presente, pero que no para de crecer. Con el precio medio de una habitación por encima de los 500 euros en Madrid y Barcelona, y ciudades como Valencia o San Sebastián que no están lejos. El caso de Adela, que con 26 años no es capaz de vivir en su propio hogar con su pareja en Madrid, a pesar de estar en un bajo de 50 metros cuadrados, no es una excepción. Sus dificultades para llegar a fin de mes simplemente por salir un día a cenar son habituales para toda una generación. Que además debe hacer frente a críticas constantes sobre sus capacidades. Sigue siendo frecuente el relato de “la generación de cristal” o “la generación que no se podrá comprar su propia vivienda”. Pero como explica Adela, quizás el problema va más allá de las decisiones de los jóvenes, y tiene profundas raíces en nuestra sociedad.
El problema de la vivienda en España
La subida de precios en los últimos años la hemos visto en todas partes, pero con particular gravedad en la vivienda. Sumada a la inflación global, vemos una fuerte gentrificación en las grandes ciudades españolas, fruto de lo atractivas que son para los extranjeros. No solo por sus encantos, sino también por su relativa asequibilidad con sueldos extranjeros. Con la normalización del teletrabajo, cada vez son más los que prefieren dejar sus sombrías oficinas en el norte de Europa o EEUU por una céntrica vivienda en Barcelona. Y las grandes fortunas de América Latina, no dudan en invertir en los mejores barrios de Madrid, animados por las atractivas Golden Visa. Por no hablar de que los alquileres vacacionales han demostrado ser mucho más rentables para los propietarios e inversores. Y eso que la lucha local contra los pisos turísticos se sigue recrudeciendo, pero en la práctica no se refleja en un cambio tangible.
Estos no dejan de ser problemas propios de la globalización y del mundo en que vivimos, pero que padecen de cerca los jóvenes en España. La vivienda es la causa de innumerables dificultades, preocupaciones y obstáculos para millones de personas en este país. Y no por ser problemas propios de la modernidad debemos aceptarlos o renunciar a buscarles una solución.
Soluciones al problema de la vivienda en España
Un claro causante de la crisis de la vivienda que estamos viviendo, es la falta de oferta, frente a una demanda que no para de crecer. Ya hemos visto intentos por parte del gobierno de regular el precio máximo de la vivienda en las zonas tensionadas. Pero la realidad es que esto no funciona, ya que rara vez se aplica la ley y la desbordante demanda asfixia el mercado. Sin embargo, quizás la solución reside en fomentar la promoción inmobiliaria y crear viviendas nuevas. Sin dejar de lado las medidas para restringir la especulación salvaje, pero con el suficiente incentivo económico para que sea viable. Además, no solo ha descendido gravemente la oferta de vivienda privada, sino que también es una parte central del problema la falta de vivienda pública. España se encuentra a la cola en Europa en cuanto a cifras de vivienda protegida.
Teniendo en cuenta que la juventud cada vez más se plantea irse al extranjero como la mejor opción, quizás habría que esforzarse por que las condiciones de vida al quedarse sean mejores. La combinación de estas, y muchas otras soluciones, adaptadas a las necesidades específicas de las diferentes regiones y comunidades, podría ayudar a abordar de manera más efectiva el problema de la vivienda en España. Idealmente, garantizando un acceso más equitativo y sostenible para todos.