Si tu móvil tiene más de dos años, es probable que empieces a notar que la batería cada vez dura menos, y ya te hayas familiarizado con el concepto de “salud de la batería” y “obsolescencia programada”. Mientras los nuevos dispositivos son cada vez más caros, muchos se preguntan si es necesario cambiar la batería y si pueden hacerlo ellos mismos. La UE ya ha aprobado una serie de normas para que estas sean extraíbles por ley en 2027, y para los fabricantes esto es una muy mala noticia.
Los cambios de batería son cada vez más necesarios
Muchos usuarios han presenciado cómo su teléfono sigue funcionando perfectamente según pasa el tiempo, teniendo poco que envidiar de los nuevos dispositivos en el mercado que solo ofrecen algunas funciones nuevas, mientras que su precio se dispara. En el caso del iPhone, este fenómeno es aún más llamativo, con el nuevo iPhone 15 aumentando el precio en 100 euros frente al modelo anterior, y permaneciendo como uno de los modelos más caros del mercado. Sin embargo, algo que muchas veces empuja al usuario a realizar el cambio son las baterías y su rendimiento en decrecimiento. Para cambiar esta parte del teléfono, casi en todos los modelos es necesario acudir a un lugar de reparación especializado, puesto que realizar este proceso requiere de ciertos conocimientos técnicos. En algunos modelos incluso es necesario un extenso desmontaje, utilizando herramientas avanzadas ya que la batería puede estar pegada o soldada a otras piezas. Esto se traduce en que cambiar la batería resulta complicado y puede ser peligroso intentarlo en casa ya que puedes dañar el dispositivo. Y esto es lo que se ha propuesto cambiar la UE.
Hace solo unas semanas aprobaron la nueva ley que establece una variedad de normas para regular la sustentabilidad de las baterías de los móviles. Uno de los puntos que afecta directamente al mercado de los smartphones es que las baterías deberán ser extraíbles y reemplazables. Esta medida entrará en vigor a partir de 2027, algo que parece muy lejano, pero lo cierto es que no lo es tanto. Los fabricantes llevan tiempo apostando por la estructura unibody, compacta y más resistente que los modelos con tapa. Al cambiar la legislación los requisitos sobre las baterías, los fabricantes van a tener que replantearse la manera de diseñar la distribución de los dispositivos. Ahora, la reparabilidad tendrá que estar en el foco de los diseños, algo que hasta ahora era completamente secundario. Esto puede ser un problema para los fabricantes, pero desde luego es una buena noticia para los usuarios y para el planeta.
La importancia de la sostenibilidad de las baterías
Nos adentramos en un mundo en el que el cambio climático cada vez supone un problema mayor, y cambiar de dispositivo cada año es claramente insostenible. Muchas marcas apuestan cada vez más por la sustentabilidad de diferentes maneras. Una buena forma de lograrlo es potenciar la durabilidad o facilitar la reparabilidad. Los fabricantes de teléfonos móviles tendrán que apostar por ambas para permanecer competitivos. Actualmente Apple ya ofrece un kit para que el usuario medio pueda realizar las reparaciones él mismo, pero todos están de acuerdo en que no sale a cuenta. Las grandes empresas todavía tendrán que dar importantes pasos para permitir que las reparaciones sean mucho más amigables y asequibles. Porque si bien la obsolescencia programada es en teoría completamente ilegal, en la práctica la seguimos viendo de muchas formas. Es evidente que a los gigantes de silicon valley les resulta más importante que cada año se vendan todas las existencias de los nuevos dispositivos que llegan al mercado, pero apoyar la economía circular será necesario con o sin su aprobación.
Porque las baterías que utilizan prácticamente todos los dispositivos de nuestro día a día contienen litio y cobalto entre otros minerales. Principalmente las minas de litio, tienen un impacto mayúsculo sobre el planeta, pero también sobre la mano barata de obra que se utiliza en los países tercermundistas para su extracción. La demanda de este componente tóxico, que contamina la tierra y el agua de los países donde se extrae y donde luego se desechan las baterías sigue creciendo cada año. En el caso del cobalto, solo se encuentra en grandes cantidades en el Congo, donde la mano de obra infantil es común, y ya se compara con “la fiebre del oro”. Tanto para los dispositivos móviles como para los vehículos eléctricos estos componentes son necesarios en grandes cantidades. Teniendo en cuenta el enorme impacto que tiene en el ecosistema la extracción y la implementación de estos materiales en las baterías, asegurar que cumplan cada vez más rigurosos requisitos de sostenibilidad es una prioridad. Y si cada uno podemos hacer lo posible por disminuir la demanda, también podemos contribuir así a aliviar este problema global.