La primera medida anti-tabaco de este estilo ha sido aprobada en Reino Unido. Todos los que hayan nacido después de 2009 no podrán ir al estanco a comprar cigarrillos. Esta medida entrará en vigor en 2027 y desde luego supone un punto de inflexión en la lucha contra el tabaco.
La ley anti-tabaco más dura de la historia
Fumar es algo que cuesta a la sociedad británica en torno a 20 mil millones de euros al año. Este altísimo precio supera con creces a lo que obtiene el estado con los impuestos sobre las cajetillas (9 mil millones de euros anuales). Este gran impacto negativo se debe al coste que plantea sobre la sanidad y la muerte prematura de los ciudadanos. Otros estados han tratado de gradualmente poner trabas a los fumadores para minimizar el número de consumidores de tabaco. En España por ejemplo, la Ley Antitabaco de 2010 prohibió fumar en todos los espacios públicos cerrados, incluyendo bares, restaurantes y discotecas. Pero nunca habíamos visto un veto total contra el tabaco de forma generacional.
En el Parlamento Británico, 383 diputados han votado a favor de la ley, frente a únicamente 67 que lo han hecho en contra. Los detractores, la mayoría conservadores, han criticado la restricción que supone a la libertad individual. Sin embargo, la medida no entrará en vigor hasta 2027 cuando los jóvenes, ahora con 15 años, cumplan 18. La edad legal para comprar tabaco se aumentará un año cada doce meses, por lo que se está prohibiendo básicamente la venta de tabaco a las nuevas generaciones.
¿Y ahora qué harán las tabacaleras?
Las empresas detrás de las marcas de tabaco más conocidas como Marlboro, Chesterfield o Lucky Strike son grandes multinacionales que generan millones de euros cada año. British American Tobacco sin ir más lejos generó unos ingresos que ascienden a 33.937 millones de dólares en 2023, y tiene varias marcas de cigarrillos como Lucky Strike. La prohibición de la venta de tabaco a los más jóvenes no supondrá un golpe directo a estos ingresos inicialmente, ya que la cuota de mercado que ocupan los menores de 18 debería ser mínima. Sin embargo, como el límite aumentará cada año, gradualmente supondrá un impacto mayor.
Lo cierto es que las grandes empresas de tabaco ya se están preparando para esto desde hace unos años con nuevas estrategias. La diversificación de productos es una de las principales formas de seguir creciendo para estas empresas. La mayoría invierte en la creación y distribución de productos alternativos, como los cigarrillos electrónicos, vapeadores, y otros dispositivos de nicotina sin humo. Con los dispositivos electrónicos tipo vapes, vemos potentes campañas de marketing y publicidad que en muchos casos calan entre los jóvenes. Veremos si estos corren la misma suerte, pero lo que parece una realidad es que el futuro se vislumbra cada vez con menos humo.