Ya sea en la arquitectura, el interiorismo, la ingeniería, el desarrollo de dispositivos o en el diseño de páginas web, el minimalismo parece estar de moda. Cada vez más, los detalles se consideran innecesarios y se busca reducir todo a su mínima expresión. ¿A qué se debe el triunfo de la simpleza?
Una estética minimalista que gusta a todos
Una teoría que se ha popularizado es que el minimalismo triunfa por la sencilla razón de que no disgusta a nadie. Al fin y al cabo, no contiene nada que pueda provocar reacciones de odio o desagrado. ¿Pero contiene lo suficiente para ser atractivos de forma duradera? En un mundo con opiniones muy polarizadas y en el que la cancelación está a la orden del día, hay que tener mucho cuidado con el estilo y el diseño. Lo curioso es que la estética minimalista no deja lugar a críticas o incorrección. Te puede gustar más o menos, pero es difícil argumentar que pueda ofender a nadie. Y eso ya es mucho en la actualidad. Por otra parte, con unos gustos cada vez más cambiantes, y unos estímulos constantes, el público se suele aburrir rápidamente de las cosas. Excepto si tienen un diseño del que uno no puede aburrirse. Pongamos los smartphones de última generación. Su diseño ha ido evolucionando hasta ser cada vez más minimalista, y ni siquiera tener botones. Pero podemos ver este fenómeno en muchos otros sitios.
Es relevante contemplar la evolución de la moda en los últimos años. Ha habido una evolución, sobre todo por las grandes marcas de lujo, hacia alejarse de los logos llamativos y los diseños extravagantes y por buscar la sencillez. Los colores blanco y negro, la máxima expresión del minimalismo, están muy en boga. Se podría argumentar que este movimiento está muy ligado a buscar que los diseños luzcan futuristas. Por ejemplo, en el sector de la automoción, esto es lo que vienen intentando hacer los desarrolladores desde hace años. El Cybertruck de Tesla es el último ejemplo de esto. Los diseñadores apuestan por esta estética porque en un mundo tan cambiante, parece ser la única manera de apostar por su durabilidad y atemporalidad. Al fin y al cabo, cuando invertimos en una casa o en un coche, buscamos que siga estando a la moda en el largo plazo, y parece que la apuesta más segura ahora es el minimalismo.
Concretamente, dentro de la arquitectura es donde se vive el minimalismo de la forma más radical. Los arquitectos minimalistas se centran en la esencia de los espacios, eliminando elementos superfluos para destacar la calidad de los materiales, la precisión de las líneas y la armonía de las proporciones. Hay una clara influencia de la búsqueda de la sostenibilidad y la optimización, pero muchas veces es en detrimento de la riqueza visual e incluso la utilidad. Con el interiorismo vemos lo mismo. Triunfan los diseños sencillos y los grandes espacios vacíos. Menos, efectivamente, puede ser más. Y más caro también.
Cómo hacer campañas minimalistas
Teniendo en cuenta que triunfa en todas partes, la publicidad también busca beneficiarse de este estilo. Sin embargo, muchos se preguntan si es necesario tener una personalidad detrás de una marca y producto para que sea atractiva. Por el momento, vemos contrastes entre las empresas que apuestan por los dos puntos de vista. Algunas empresas como Apple son fieles defensores del minimalismo, que se extiende de sus productos a su página web, sus anuncios y sus slogans. Esto también lo vemos en el caso de muchas marcas de ropa como Balenciaga y Zara. Muchas veces, asociamos el minimalismo al lujo y la clase. Por otra parte, otras empresas parecen redoblar su esfuerzo por diferenciarse y buscar un estilo propio, rico en detalles y personalidad. Podemos ver a Vicio o Netflix intentando hacer cosas diferentes. Pero si vemos la evolución de la mayoría de logos, páginas webs e incluso locales, el minimalismo triunfa como la coca-cola (que también se ha sumado al estilo de moda).
¿Es la muerte del detalle?
A muchos, sobre todo en el mundo artístico, les preocupa que el minimalismo se siga extendiendo a todas partes. Si todos buscamos que los productos sean minimalistas, se pierde la posibilidad de que puedan ser una forma de expresión creativa. El debate que se abre es sí acaso estamos llegando de esta forma inesperada al final del arte. Quizás ya se han explorado todos los estilos posibles y lo que prevalece es la sencillez. Por otra parte, si defendemos que el estilo de las cosas que nos rodean puede influenciar en nuestra filosofía y en la forma que percibimos el mundo, entonces el minimalismo representa el nihilismo en la sociedad. Concuerda con las ideas orientales del desapego a los objetos y la meditación como forma de encontrar la paz y la felicidad, lejos del materialismo y la superficialidad. El minimalismo sería entonces una forma de apostar por encontrar esa riqueza y detalle en el mundo interior de cada uno. Por último, quizás es una manera de democratizar la sociedad y cumplir el sueño de la Bauhaus, con una persona universal. Al fin y al cabo, esta escuela tuvo mucho que ver con su nacimiento.