La emergencia climática es cada vez más preocupante y lentamente la sociedad parece estar cada vez más concienciada. De esta forma, el marketing verde está adquiriendo una gran relevancia entre las empresas y los consumidores. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber.
Origen y definición del marketing verde
Cada año, la ONU presenta el Informe de Desarrollo Sostenible para seguir de cerca las acciones y progreso de cada país para cumplir con la Agenda 2030. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible tienen como objetivo marcar unos parámetros que cumplir en los próximos años y que afectan de forma directa al tejido empresarial. Por esta razón, se está convirtiendo en la norma que las organizaciones impulsen los ODS y se adhieran a estos en todo lo posible. Pese a que muchos lo puedan considerar una estrategia para incrementar las ventas, el marketing verde no es lo mismo que el Greenwashing. Recordemos que esta práctica se considera ética y legalmente completamente equivocada. El marketing verde implica promover productos y servicios enfocados en la preservación del medio ambiente de forma honesta con los consumidores y de forma prolongada en el tiempo. Ya en los 80 algunas empresas empezaron a defender estas prácticas, pero no hemos visto su popularización hasta ahora.
El supuesto compromiso por el clima y el impacto de las empresas es algo que se remonta durante décadas. El término Greenwashing fue acuñado en 1986 con respecto a la política de un hotel para reciclar toallas cuando en realidad lo hacía para minimizar sus costes. El largo recorrido de las prácticas por parte de empresas para aparecer como sostenibles o eco-friendly ha dado lugar a incontables casos de mala praxis. Incluso, los casos más extremos han incurrido en ilegalidades con millones de euros en demandas colectivas y reparaciones. Las formas de realizar Greenwashing son muy similares al diversity washing y woke washing: obtener beneficios ocultos, falta de pruebas, ambigüedad, sellos y eslóganes manipulativos, acciones irrelevantes, falsas promesas o directamente mentir. Pero dado los precedentes de Greenwashing, ya no vale todo para considerarse verde.
Estrategias de marketing verde
Esencialmente existen dos formas de realizar el marketing verde de forma adecuada. La primera consiste en desarrollar productos verdaderamente ecológicos. Eso sería lo que todas las empresas deberían esforzarse por lograr, pero existe otra vía. También se puede llevar a cabo el marketing verde realizando un esfuerzo real por que el impacto negativo del producto sea el mínimo. Esto se logra asegurándose de que tanto los procesos como la distribución son lo menos nocivos posible. Pero para que funcione adecuadamente, el marketing verde debe formar parte de los valores y la ética empresarial. Los consumidores están cada vez más informados sobre el impacto de lo que consumen, y buscan activamente marcas que estén alineadas con la sostenibilidad. Otros ejemplos concretos de marketing verde incluyen: promover la cultura de la reutilización, fomentar la concienciación mediante eventos o contenido gratuito y cuidar el packaging.
Dentro de la promoción y publicidad de la empresa, se pueden hacer muchas cosas para reducir el impacto medioambiental. Con la llegada de la tecnología, el papel se ha convertido en un canal obsoleto que ofrece una imágen negativa por el impacto que supone la deforestación. Pero de la misma forma, otros materiales como el plástico destacan por el uso de combustibles fósiles para su extracción y procesamiento. Por ello, el email marketing y las campañas digitales se han convertido en una estrategia muy popular, y con excelentes resultados. Han logrado terminar con los folletos y el material promocional físico, que contribuía a la generación de residuos y la destrucción de los recursos naturales. A pesar de ser menos nocivo, el email marketing también tiene una huella de carbono.
Ventajas de usar el marketing verde
Apostar por el marketing verde puede repercutir de forma muy positiva en diversos aspectos de la empresa, y por ello las empresas no dudan en implementarlo. En primer lugar, como hemos comentado, los consumidores cada vez tienen más en cuenta el bagaje de aquello que consumen. Por lo tanto, ofrecer un producto que de forma sincera tiene un impacto positivo, logra una mayor confianza de los compradores. De acuerdo a un estudio realizado en 2022, más del 50% de los consumidores españoles asegura que considera la sostenibilidad de los productos y servicios que compra. Quizás el dato más relevante es que hasta un 63% asegura estar dispuesto a pagar más por los productos si son sostenibles. Y esto no hace más que crecer.
Una ventaja de crear productos sostenibles es que de forma intrínseca ofrecen una serie de prestaciones. Por ejemplo, parte clave de la producción sostenible es acabar con la obsolescencia programada y prolongar en todo lo posible su vida útil. Esto es algo que puede conseguir que los consumidores paguen un precio mayor y obtengan también un valor mayor. De la misma forma, los productos creados con materiales reciclados o que son reutilizables tienen una durabilidad que atrae. Muy ligado al marketing verde también está la utilización de campañas y canales que no sean contaminantes. Como hemos destacado, las campañas digitales y el email marketing no solo son sostenibles, sino que se pueden beneficiar de las grandes ventajas que ofrece la promoción online.
También, está muy conectado al marketing verde el uso de la tecnología y la innovación. Adoptar estrategias ecológicas puede ayudar a transformar el modelo de negocio ya que potencia la implementación de procesos de la forma más eficiente y puntera. De hecho, es una fuente clave para la investigación y el desarrollo de nuevas patentes. Encontrar maneras de reducir las emisiones potencia la creatividad y pensar fuera de la caja. Nunca mejor dicho.
Finalmente, el marketing verde puede suponer una gran decisión dentro de la gestión de imagen y branding de la empresa. Mediante prácticas climáticas y éticas responsables, puedes lograr que mejore la reputación de una marca, y que nuevos consumidores puedan interesarse por lo que ofrece. Además, los prosumidores suelen estar muy ligados al sector de los productos ecológicos y sostenibles. Dado que es esencial que las prácticas de la empresa sean transparentes, una comunicación eficiente y que llegue a todos los públicos de la empresa es fundamental. Pero igual que puede lograr atraer a muchos clientes e inversores, unas prácticas que se intentan hacer pasar por eco-friendly pueden tener un efecto desastroso. Teniendo en cuenta la importancia de la coherencia en todo lo que hace la empresa, un pequeño error puede ser catastrófico ya que se considera una hipocresía flagrante.