La startup que ha liderado el sector de los coworkings y ha sido uno de los impulsores de este tipo de oficinas a nivel mundial, ha quebrado hace una semana. No ha podido hacer frente a las grandes deudas que llevaba un tiempo acumulando, pese a tener 660 oficinas en 37 países. Con su caída, muchos se preguntan si el teletrabajo puede ser el fin de los coworkings…
Historia de WeWork
WeWork es una empresa estadounidense que proporcionaba espacios de trabajo compartido, para emprendedores, freelancers, startups y grandes corporaciones. Fundada en 2010 por Adam Neumann y Miguel McKelvey en Nueva York, WeWork comenzó con un único espacio de trabajo compartido y creció rápidamente, expandiéndose a diversas ciudades y países. Tras la crisis económica, era una idea muy atractiva para revitalizar el sector inmobiliario. Su modelo de negocio se centraba en alquilar grandes espacios, remodelarlos para crear oficinas compartidas con un ambiente comunitario y subarrendarlos a sus miembros. Son el origen de los populares coworkings que han surgido como una alternativa más económica a las oficinas tradicionales para las empresas, pero con las ventajas de crear un ecosistema de networking. Sin embargo, a pesar de su rápida expansión y popularidad, WeWork enfrentó desafíos financieros significativos y controversias en torno a su valoración y prácticas de gestión. Desde entonces, las deudas y el descalabro en bolsa han hecho que la empresa anuncie su quiebra.
¿Por qué ha quebrado WeWork?
En su momento, la innovación en el sector inmobiliario supuso una revolución, ya que ofrecía una alternativa muy atractiva para emprendedores y pequeñas empresas. Pero WeWork subsistía a través del alquiler de sus espacios, y cuando estos no se han visto llenos, es cuando han comenzado los problemas. También ha sido un factor decisivo en la caída de la valoración de la empresa, la personalidad de Neumann, uno de los fundadores. Llevaba un estilo de vida preocupante para los inversores mientras estaba al mando de WeWork. Estos rumores combinados con una exageración de los resultados financieros hizo imposible su salida a bolsa en 2019 y dió lugar a una demanda colectiva de los inversores. No fue hasta 2021 cuando se volvió pública la empresa y Neumann abandonó WeWork, pero la imagen de la empresa ya estaba herida de muerte. Con la pandemia y el aumento del teletrabajo, muchas de las oficinas de WeWork se quedaron vacías y se precipitó su colapso. La pregunta que muchos se hacen ahora es si los demás coworkings van a correr la misma suerte…
¿Se acaban los coworkings?
A pesar de la quiebra de la famosa startup de Nueva York, los coworking parecen estar en un gran momento, muchos de ellos en España sin una sola plaza libre para las empresas. A pesar de que el teletrabajo se mantiene como una opción interesante para muchas empresas, se suele combinar con cierta presencialidad. Por lo menos en España, los hubs y coworking están experimentando una época dorada, con ciudades como Barcelona convirtiéndose en el punto de mira para inversores inmobiliarios. Por ejemplo, The Social Hub o Norrsken han apostado por el territorio español. Al fin y al cabo, estos espacios ofrecen grandes ventajas para los empresarios y los trabajadores ya que con un modelo híbrido de presencialidad, permite reducir costes y beneficiarse de las ventajas del networking. Las cifras apuntan hacia altos niveles de ocupación en la mayoría de coworking en España con ciudades como Valencia o Málaga entrando en el mapa internacional. Porque estos lugares también son muy atractivos para empresas extranjeras que buscan un emplazamiento junto al mediterráneo. Ya hemos comentado que el efecto Bali lo tenemos más cerca de lo que pensamos…